viernes, enero 18, 2008

Anfritrión Perfecto. IV

Anfitriones de vacaciones. El hotel perfecto. Visitas e invitados.



Con la llegada del buen tiempo, aunque no haya exclusividad en cuanto al clima, surjen los viajes de vacaciones, bien sean de fin de semana, con motivo de puentes o con motivo de esos días de vacaciones veraniegas que tomamos para descansar.

Aunque siempre es agradable recibir la visita de unos amigos o familiares, hay que tener cierta prudencia a la hora de invitar para no convertir nuestra residencia de vacaciones en un hotel. Si nuestra residencia está situada en un lugar típico de vacaciones (lugar con playa, montaña u otros parajes), puede que sea el destino de muchos de nuestros amigos y conocidos.

Por educación se ofrece la casa a todos nuestros amigos, no sin pensar, en muchos casos, que las personas se tomarán al pié de la letra esta invitación. Si ello ocurre, seguramente podemos tener algún problema como anfitriones (salvo que vivamos en una mansión inmensa donde haya sitio para todos).

Las visitas que recibamos, incluso las de paso, deberían ser anunciadas con cierta antelación. No debemos dejar, ni admitir las visitas sorpresa . Pueden aparecer unos amigos o familiares el día que tenemos un almuerzo o cena, o cualquier otro compromiso, tanto en casa como fuera. Aun así, siempre debemos estar preparados, pues la residencia de vacaciones suele ser el "blanco" de visitas de este tipo, inesperadas.

Si damos alojamiento como anfitriones a unos amigos o familiares, debemos colocar sábanas limpias en las habitaciones, una toalla limpia, dejar un armario o espacio libre para que coloquen sus cosas y tener la habitación en perfectas condiciones, de habitabilidad y limpieza. Si tenemos un compromiso próximo, habrá que hacérselo saber (la llegada de unos amigos el fin de semana, por ejemplo).

En cuanto al tema de la comida, si nos coge de imprevisto, podemos salir del paso con unos pinchos o canapés, y algún que otro plato de sencilla preparación con alimentos que suele haber en cualquier casa: una ensalada, un poco de embutido, una tortilla de patatas o platos similares. Si el presupuesto lo permite, se puede encargar comida: una paella, comida china, etc.

Si estamos ausentes de nuestro domicilio, salvo casos muy puntuales y de mucha confianza, no se deja la casa para alojar a los amigos o familiares. La falta de los anfitriones es motivo, más que suficiente, para no tomar compromiso alguno de dar alojamiento.

3 Comments:

Blogger Àngel 'Soulbizarre' said...

ME REMITO AL TEXTO:
Habla usted de los "anfitriones". Me parece un concepto a debatir. la palabra anfitrión va muy unida a la cortesía y al buen recibir. Dicho esto, anfitrión puede ser cualquier sujeto que posee espacio digno de recibir visitas. Visitante sería, pues, aquel que se debe en buena medida al quehacer del anfitrión. Anfitrión se me antoja todo buen residente que recibe y saluda.

12:53 p. m.  
Blogger Àngel 'Soulbizarre' said...

por cierto: anfritrión o anfitrión tanto monta monta tanto. Mientras no sea amfibio.

12:54 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Uy, a mí me va usted a contar, que se me cuela gente en casa fin de semana sí, fin de semana no, puentes, vacaciones, fiestas y días de guardar...

1:33 p. m.  

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